La felicidad es uno de esos sentimientos que puede ser tan sencillo o tan complicado como decidamos hacerlo. Podemos ser felices con tan poco, pero muchas veces, ni cuenta nos damos. A veces miramos la felicidad desde el cristal de lo que nos falta en vez de ver lo que ya tenemos. Pregúntate:
Un elemento de la felicidad es mimarnos y ser compasivos con nosotros mismos.
¿Hace cuánto tiempo no haces algo por ti? Ese “algo” puede ser desconectarte del celular y descansar, ver películas, comer lo que te gusta, hacer ejercicio o cualquier otra actividad que aporte a tu bienestar. También puede ser llamar a un ser querido, escuchar la risa de tus hijos y, en fin, disfrutar el momento.
Si bien hay factores externos que a veces se atraviesan, también hay que cambiar la manera en que vemos las circunstancias. Un día de lluvia puede ser una complicación o el momento idóneo para dormir, solo depende de cómo lo mires.
Provoca momentos felices
Una manera de crear un momento feliz contigo mismo es hacer una cosa que te agrade todos los días, aunque sea por unos minutos. Puedes escoger una canción para escuchar o bailar, comer tu dulce favorito o leer algunas páginas de un libro. En la medida en que hagas algo por ti todos los días, irás conectando con la sensación de felicidad y encontrarás otras maneras de seguir nutriendo tu felicidad.
Si tuvieras la oportunidad de diseñar un día ideal para ti, ¿qué harías? ¿Cuáles gustos o necesidades atenderías? Date la oportunidad de planificarlo y vivirlo. Piensa en los detalles desde tu vestimenta hasta la comida. Visualízalo hasta que te haga feliz en tu mente y luego toma nota para que lo puedas vivir de verdad.
Con cada acto de amor que tengas contigo mismo, vas recargando baterías para seguir adelante con el trabajo, la familia, las responsabilidades, el hogar y demás asuntos que atendemos en la vida diaria. Pero siempre recuerda procurar tu felicidad a corto y largo plazo porque la felicidad se construye.
